La Deposición Química de Vapor (CVD por sus siglas en inglés) pone un diamante de alta calidad (o cualquier otro tipo de material con alta resistencia al calor) en una cámara de vacío que contenga varios tipos de gases o material carbónico. Este material es entonces calentado hasta temperaturas extremas (entre los 700 y los 900ºC), lo cual hace que se empiecen a formar cristales en el «diamante raíz». Imagínese una fina composición de materiales carbónicos en forma de lluvia que forma cristales de diamante.
Las piedras que están terminadas y en bruto se recogen para ser pulidas y talladas. En teoría, no hay límite en lo grande que puede llegar a ser un diamante de laboratorio o cuántos se pueden llegar a hacer